Arte público y políticas públicas en Argentina
(…) ¿Para qué sirve el Arte Público? En
esencia, el arte público debe ser un síntoma de calidad de vida. Como
apuntábamos anteriormente, debe ser un referente para toda una comunidad, un
ente vivo que exprese el bienestar de una población. Para llegar a este estado
de calidad de vida, de bienestar social, cultural y económico, la implantación
de una obra de arte debe, o debería, someterse al “filtro de la Identidad”.
Llamamos cualidad de identidad a aquello
que es igual a otro. La identidad cultural es lo que une a una sociedad hacia
un fin común. Es lo que les hace característicos y, a la vez, diferente al
resto.
El Arte Público, por tanto, debe encaminarse
tanto al bienestar social como al incremento de cohesión social; debe
participar de la conciencia de una Cultura común a toda una comunidad (…)
Arte público. Diálogo comunitario
Óscar Navajas Corral (Universidad Antonio de Nebrija – Madrid- abril2008)
(…)Asumir la gestión municipal más allá de la sola
administración de servicios básicos, exige reconocer la dimensión integral de
la condición ciudadana, la honda relación del habitante con su entorno, de la
ciudad con el medioambiente, de la cultura como expresión de la identidad
social.
Al incorporar el arte como constitutivo del
espacio urbano, éste proyecto supo plasmar esta trascendental demanda de
dignificación de la calidad de vida en la ciudad como una función social.
Estimulando el gusto estético se ha
descubierto al poblador una más elevada forma de vivir, de conservar y recrear
las tradiciones de la vida comunitaria, de reconocerse en la construcción y el
cuidado colectivo de la ciudad en la que habita…”
Fragmento
Proyecto “Arte para Todos” Quito/1995
La experiencia fundacional del muralismo mexicano nació como
una propuesta estatal y se estableció como una política pública, recordada aún
hoy bajo la gestión de José Vasconcelos. En la Argentina, el primer peronismo
desarrolló un enorme aparato publicitario que encontró en el arte público, en el
armado de telones, cartelones y murales una vía para la trasmisión de ciertas
ideas. Desde aquél entonces, el muralismo argentino ha sobrevivido en la
resistencia y la autogestión, quedando relegado a contrataciones públicas
marginales -mayoritariamente precarias- o emprendimientos aislados municipales
o locales. Nos proponemos reflexionar entonces acerca de la relevancia,
necesidad y potencialidad del arte público como una política de Estado, que se
traduzca en el armado de direcciones, programas y proyectos a nivel nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario